martes, 30 de diciembre de 2014

2014.

Cambiemos el último balance del año. No hay mucho tiempo, así que habrá que hacer un rápido resumen, destacando, como siempre, ciertos momentos. Aunque falte la foto del año, que seguramente aún nos de tiempo de hacer, voy a destacar el momento del año que más me tatué en sangre. Ese día de septiembre. Ese sábado cualquiera, la vuelta a la rutina de tu mejor amiga, y el día de relax después de su primer encontronazo con el curso. Un sábado con sabor a viernes,que no prometía nada en principio, una cena barata donde siempre, un movimiento lateral al pueblo, y el momento estrella del recuerdo. El momento fotografía mental, a la luz de la luna, sentada en el suelo, cantando en un concierto de última hora. El momento de entrecerrar los ojos cegada por los focos, mirar hacia arriba y pensar que te quedabas ahí para siempre, que todo estaba bien, que todo iba a estarlo. El momento de saber que has encontrado una canción que siempre te recordara a ese día al que no le pones fecha. El día del 'voy a echar de menos esto'. El día de 'hoy he encontrado mi Ítaca a la que regresar'. Pero todos los momentos se acaban, las canciones se terminan, los focos se apagan, y el público se va. Yo los mantengo vivos, y puedo asegurar que ese día me grabó a fuego una fotografía con una canción en la mente.


Guardo recuerdos a la luz de las estrellas. En Melilla, en Tardi, en Málaga, o incluso en Salamanca.
Momentos de este año, tan pequeños y a la vez tan grandes, son con los que me quedo. Y con los que me quiero quedar el año que viene. Gracias por seguir coleccionándolos conmigo.


jueves, 25 de diciembre de 2014

Navidad.

Todos hacen balance de las navidades, del amor, del año.
Yo hoy hago balance de lo mala persona que soy.
¿Qué se puede sacar de mí?
¿Quién querría sacar nada de alguien con miedos e inseguridades?
¿Por qué?
¿Por qué yo?
¿De verdad existe Ítaca? Si alguna vez existió una, no aparece por ninguna parte en el mapa de sus ojos. Ulises navega a la deriva mientras Penélope teje y desteje entre envíos de Money Gram que ya no llegan.
¿Qué pasa?
¿Por qué no evolucionamos?
¿Por qué no avanzo?
¿Por qué no creo ser capaz?
Pero, ¿por qué te quiero y tengo miedo de estar tan cerca?
Por qué...

viernes, 24 de octubre de 2014

.

Nadie tiene una vida de cuentos de hadas. Es decir, todos pasamos por malos momentos, porque todas las etapas por las que pasamos son relativamente efímeras. Nada dura para siempre, ni lo bueno, ni lo malo. Pero todos los altibajos con los que el destino nos sorprende son capaces de ponerse de acuerdo para hacernos la vida más llevadera, y así demostrarnos que somos capaces de caer en picado para luego subir como la espuma.
Todo esto viene a cuento de que no cualquiera sabe lo que es caer y llegar a estar a un palmo del suelo para volver a subir. Hay quien piensa que por haberse quedado con los pies colgando al borde del precipicio ya ha pasado por su peor momento, y eso es totalmente falso. Sabes lo que es resbalarte en la acera mojada y tener alguien a tu lado que te sostuviera. Sabes lo que es pasarlo mal. Pero no sabes lo que es estar cayendo y poner fuerzas para remontar el vuelo y no ser capaz. Los niños pequeños también piensan que lo pasan mal si los obligan a bañarse cuando no quieren. Esto es relativamente comparable.

La sociedad está hecha mierda. Las niñatas quinceañeras creen saber lo que es caer cuando tu queridísimo novio de hace dos días te pone los cuernos. Creen saber lo dura que es la vida cuando lo más duro por lo que han pasado ha sido por una discusión estúpida. No saben lo que es caer y no son capaces de hacerse a la idea. Su mundo está demasiado ocupado en quejarse de la mierda de vida que llevan aunque sea estupenda y en cuidarse de enseñar medio culo cuando se ponen los shorts.

La realidad es que, cuando caes, sólo eres capaz de mirar hacia abajo. Mueves las alas, gritas, lloras, gimes. Te vuelves loca. Piensas mil y una veces por qué todo. Hay que ser muy fuerte para sufrir una combustión y resurgir de nuestras cenizas. Desgraciadamente, no todos saben ser un ave fénix.


jueves, 16 de octubre de 2014

Y las uñas en la cara.

Que la esquina del bar de nunca se convierta en la de siempre a partir de ahora. Nuestro rincón favorito de la ciudad que todavía no conocemos, ni juntos, ni separados. No volveremos a cerrar los bares. Y así, tampoco tendremos que cambiar de conversación ni huir cuando nos hablen del destino. Evitaremos los alquileres de los amores olvidados, y resucitaremos cada día al despertar.

Debo avisarte de que ni mato por celos ni rompo contratos. Pero puedo ofrecerte zumo de grifa por la mañana. Dime que tienes asignaturas pendientes en mi corazón. Conviértete en mi Epicuro, en mi Rey sin corona. Y dime que viniste como la canela, en rama, y que te has ido molido.

Hay muchas princesas que salen ranas. Tacones, falda, y braguitas de quita y pon sumados a un sinuoso escote y un importante rubio de bote. Pero siempre he pasado de los prototipos. ¿Para qué? Tenemos moteles, garitos, amores que matan, tabaco, razones. Jadeos, locura, deseo, el rock, la droga, el grito en el cielo. Tenemos más de cien motivos para no cortarnos las venas y más de cien pupilas en las que ver que nuestra vida merece la pena. Veneno, resaca, perfume, el morbo, los celos, la sangre. Caminos que nunca llevan a Roma.
Sobran las palabras cuando la mente se activa y los ojos hablan.


lunes, 29 de septiembre de 2014

Recuerdos.

Caminas entre la gente. Y de pronto, un perfume te arrastra de nuevo a otro momento. Es casi un teletransporte. Todos reconocemos el aroma a mamá, a libro,  a humo en la cara, a coche nuevo, a abuela, a pelota de baloncesto.
 El olor a hospital, a yogur. El olor a champú, a armario cerrado, a humedad, a teatro, a palomitas, a buena compañía, a hogar. El olor a esmalte de uñas, a quemado, a tortilla de patatas, a invierno. El olor a periódico, a espuma de afeitar, a playa, a pinos. El olor a perfume. El olor a recuerdos.

 La gente. Tu gente. Tus cosas, tus cosas importantes, las que han dejado de serlo y las que, aunque lo ignores de momento, acabarán siendo uno de esos aromas nostálgicos a los que darás importancia.
El objetivo era coleccionar olores importantes. El intoxicante poder del olor a bebé, los recuerdos. El olor a lluvia, a tierra mojada. Todo perfume tiene cuatro esencias. Capturas el aroma y lo reproduces en tu mente, igual que harías con una canción.
El alma de los seres es su aroma.
Al demonio con el mundo, con el perfume, con él.


jueves, 21 de agosto de 2014

BOOM

Como si fuera a estallarme el cerebro, o como si empezara a prender y consumirme si me prendieran con una cerilla. Buena comparación o 'símil' respecto a mi estado de ánimo de hoy.

Partiendo de que suelo pensar que hay dos tipos de persona, hoy he dado con aquella con la que en la vida podría tener relación alguna. Esta especie, por decirlo de alguna manera intentando no clasificarlo como persona porque no lo considero así, de hombre, tío, niño chico o simplemente hombre del neandertal que demuestra más por su ignorancia y simplemente su porte que por lo que pudiera tener en la cabeza, que en este caso, serían pajaritos. El tipo de tío casado con el que te cruzas y te planteas cómo existe alguien capaz de soportarlo por más de diez horas. El tipo de subnormal que sin venir a cuento te suelta algún comentario que hace saltar tus alarmas y contestar astutamente, y te mira atónito por la fluidez de tu respuesta. Siempre vienen a darte clases de moral los menos indicados. Hoy la medida de 'la purga' no me hubiera parecido mala idea. Subnormal.

El segundo de mi combustión cerebral de hoy es otro tipo de persona: los que están en las malas pero no en las buenas. Y a esos, ¿cómo se los llama?

lunes, 11 de agosto de 2014

Buzón movistar, el teléfono...

Como ese anuncio de cerveza Cruzcampo, que decía que 'a veces necesitamos un poco de sur para poder ver el norte'.

Cualquiera con dos dedos de frente podría afirmar ahora mismo, en caso de haberlo vivido, que un par de días lejos de todo aquello que conoces y con lo que estás en contacto a diario hacen bien a las mentes pensantes. Desconectar por un periodo breve de tiempo siempre viene bien, sin olvidarse, claro está, de que nos encontramos todos bajo el mismo cielo, y que tarde o temprano, hay que volver a la rutina veraniega en la que a penas se descansa. El caso es que esos días apartados de lo tuyo y relativamente de los tuyos, conservando unos cuantos a tu lado, dan rienda suelta a la creatividad y te aportan la fuerza y las ganas para seguir escribiendo sobre las cosas que has o habéis desmenuzado mentalmente en aquel colchón intex bajo la luz de la luna y las estrellas que pudieran verse. Como tu amiga decía, parecía el trailer de 'bajo la misma estrella'. Este es el punto estrella, nunca mejor dicho, en el que entran en escena las noches filosofando en voz alta, planteando diversas teorías.

Uno: la relatividad. El ser humano se presenta y está convencido de que es alguien grande, y a pesar de que el universo sea enorme e infinito, su ambición no le impide intentar seguir conociendo lo que es mayor que él.  Es tan ambicioso que, no contento con desconocer y ser incapaz de comprender lo que tiene tan cerca, trata de contentarse con lo que nunca podrá llegar a entender. Por esta regla de tres, tal vez el ser humano esté equivocado y no sea tan grande al fin y al cabo. Tal vez sea más pequeño de lo que imagina, y la grandeza no sea más que un escudo protector para no darse cuenta de que no es el centro del mundo y sus problemas en realidad no importan nada.

Dos: el error. No siempre las malas compañías son las mejores. Las coincidencias no existen, y por supuesto, venimos por un camino escrito, bien sea por nuestras decisiones o por una fuerza mayor. Todos nos contradecimos. Hoy estás aquí y mañana podrías no estarlo, y la incertidumbre de no saber lo que va a pasar es quizá el hecho que con más frecuencia abruma a las personas. No sabemos si mañana o dentro de tres años vamos a estar rodeados de las mismas personas con las que ahora nos relacionamos, pero somos felices y nos divierte intentar imaginar el futuro. Quién nos iba a decir que estamos donde estamos hace cinco o un año. Todos aquellos con los que te cruzas van pasando inconscientemente por una purga, al igual que tú mismo, para acabar dejando a un reducido grupo de amistades, que son las que al final importan. La vida siempre hace que te reencuentres en el sitio que menos te lo esperas con la persona que menos te imaginas, y eso puede alegrarte el día. Los cambios vienen de la mano de decisiones que, aunque en el momento puedan ser duras y difíciles, pueden dar un giro al rumbo que habías tomado para embarcarte en un nuevo viaje con una nueva sonrisa.

Tres: quienes te conocen saben lo que necesitas. Intuyen cómo va a ir tu vida, lo que quieres y lo que no, y lo que es más importante, cómo eres feliz. Saben cuándo disfrutas y cuándo estás triste, y cómo sorprenderte. Pueden hablar de temas que te son interesantes, aunque al final acabes siendo tú la que filosofa paridas mentales sobre la enormidad y las explosiones repentinas y la nada absoluta. Quienes te conocen y quienes conocen el mundo son los que siempre van a darte los mejores consejos. Citaré con brevedad una frase de alguien que sabe más por viejo que por diablo: ' No te fíes ni un pelo de alguien que se alaba a sí mismo. Los que se alaban son los peores.'

Hoy puedo decir que me he reencontrado a mí misma, y que ese reencuentro y paz interior siempre viene dado por algo que no podía hacer desde hace tiempo: leer sin voces interiores en la cabeza. Sumida en mí misma, escribo metafóricamente desde un hotel de lujo con dos camas vacías.

viernes, 8 de agosto de 2014

Eutanasia emocional

Una vez le dijeron que nunca escribiera lo que le gustaría escribir, sino lo que sentía. Pero por esa regla de tres si no se siente nada, no se puede escribir. Seguía atrapada en ese día. No había más días. 950 y no había pasado ni uno. Nadie se daba cuenta. Mejor.

La vida es una mierda y luego te mueres. Filosofía barata.

martes, 5 de agosto de 2014

OP

Un cuerpo, un cuerpo solo, sólo un cuerpo,
un cuerpo como día derramado
y noche devorada;
la luz de unos cabellos
que no apaciguan nunca
la sombra de mi tacto;
una garganta, un vientre que amanece
como el mar que se enciende
cuando toca la frente la aurora;
unos tobillos, puentes del verano;
unos muslos nocturnos que se hunden
en la música verde de la tarde;
un pecho que se alza y arrasa las espumas;
un cuello, sólo un cuello, unas manos tan sólo,
unas palabras lentas que descienden
como arena caída en otra arena...
Tibia mujer de somnolientos ríos,
mi pabellón de pájaros y peces,
mi paloma de tierra,
mi leche endurecida,
mi pan, mi sal, mi muerte,
mi almohada de sangre:
en un amor más vasto te sepulto.

miércoles, 23 de julio de 2014

Sueños, cristales, corazones.

Vas a coger un vaso para echarte un poco de agua y se te resbala de los dedos, chocando con la encimera de granito gris, dejando una estela de pequeños y diminutos pedacitos cristalinos en la vitro, en la encimera, y cómo no, en el suelo. Qué torpe eres, has roto el vaso. Ahora te toca recoger los pedazos, que es lo más difícil, ya que por muchos cristales que metas con la escoba en el recogedor sigues escuchando chirriar otros muchos que se han pegado a la suela de tus chanclas. Cristales desparramados por toda la cocina, llegando incluso hasta el cacharro del agua del pobre gato.
Se lo limpias, le cambias el agua, y corre hacia donde estás, no sabes si para estar contigo o por refrescarse un poco. Intentas echarlo de allí para que no se corte, aunque parece darle igual porque sigue insistiendo, así que tienes que acabar encerrándolo en la habitación de enfrente para poder arreglar en la medida de lo posible el estropicio que has formado. Y claro, como estás sola, piensas.

¿Por qué el gato sentía tal afecto hacia el erizo? El erizo, por fuera cubierto de pinchos, una auténtica fortaleza; pero por dentro es tan refinada como ese animal, engañosamente indolente, tremendamente solitario y terriblemente elegante. Aunque no suela demostrarlo en su totalidad. Por otro lado, el gato. Quienes no los conocen dicen que son pretenciosos. Yo creo que es más bien curiosidad, aunque tal vez posean las dos cualidades.
Seguiría un poco más con la incertidumbre, sin saber durante cuánto tiempo más, y sin olvidar nunca dos cosas. Ella era un erizo, y la curiosidad mató al gato.

sábado, 19 de julio de 2014

Querido,
espero que te encuentres bien. Todo va bien por aquí, tengo mis rutinas. El clima se soporta, ha refrescado un poco pero no nieva. El agua del mar sigue cálida, lo que significa que hay una gran variedad de vida marina. De hecho, ayer vi un grupo de delfines jugueteando por la costa, tan cerca de mí que casi pude tocarlos. Son el tipo de cosas que creo que disfrutarías. Aunque eso ya no importa, volviste a huir para luego volver. ¿Cómo lo hubiera sabido? Pensé que te habías vuelto a ir para siempre. No pensaste en mí. Bueno, en realidad, casi nunca lo haces. Eres difícil y agotador, y tal vez no quiera pasar el resto de mi vida esperando ser tu cómplice. ¿Alguna vez has pensado en eso? Piensas que sabes lo que me vendría bien en la vida pero llevas sin formar parte de ella dos años.

Los hombres se quiebran cuando se sienten traicionados. Tal vez seas muy celoso, inseguro y pedante, pero no puedes olvidar un detalle, la vida son dos días y ninguno cae en sábado.

viernes, 11 de julio de 2014

Yo, tú, los de siempre, nosotros.

Un día te despiertas de un sueño raro y te replanteas la vida, por enésima vez.
Te planteas por qué te disparan en los sueños, por qué todas tus heridas son en el lateral izquierdo de tu costado, por qué te desangras y cómo es posible que la hemorragia se corte y la herida cicatrice tan rápidamente. Tal vez porque tienes una gran fortaleza interna.
Piensas que esta última semana ha servido para crecer como persona, desilusionarte y volver a coger tus sueños con el doble de ganas. A partir de hoy, vas a por todas: los 'no sirvo para esto' y 'no puedo' ya no te valen. Vales. Puedes. Punto. No eres la mejor, pero puedes tratar de serlo. Mientras tanto, aprende de los mejores. Has metido cabeza, que es lo más difícil. Tu único obstáculo eres tú misma, así que eso no puede ser un impedimento. Tú puedes con todo.
Además, acabas de leer a la mejor escritora juvenil de pelo rizado del mundo y has acabado tu lectura con una sonrisa de oreja a oreja. Y es tu último día siendo menor de edad. Y Extremoduro de fondo. 

Tú tan tú, yo tan yo, nosotros tan... los de siempre. Los que no cambian, pero a la vez van cambiando. Todos sufrimos cambios, es inevitable. Sería demasiado aburrido estancarse y seguir siendo la misma de siempre. Por otro lado, sigues siéndolo. Es ambiguo, pero tú te entiendes. Ahora el viento corre a tu alrededor. Has perdido el eje, pero no es malo. El sol también sale y se esconde de algo.

¿Cómo te trata la vida?

sábado, 5 de julio de 2014

Hoy te odio, mañana quién sabe.

Has bebido tanto de mí que ya no distigues lo ajeno de lo propio. Olvida mis típicos tópicos, mis lecciones filosóficas y mi ilusión. Ya no me queda ilusión. Se esfumó. No hay esperanza, me da igual, no sirvo para esto. No estoy hecha a medida para valer, ni siquiera a ti, porque no he sido capaz de superarme a mí misma. Estoy indignada, para variar.

 'Cría cuervos y te sacarán los ojos', 'Dos mentes piensan más que una', decían. ¡Al cuerno con las mentes! ¡Al diablo con los 'hay que follarse a las mentes'! Estoy harta de esa frase. ¡No! ¡Estoy harta de toda esta puta mierda!

 Quizá mañana todo cambie, o tal vez pasado, o al otro, pero esta noche ninguno, ninguno de nosotros, vale nada.

jueves, 19 de junio de 2014

Te mereces un poeta.

Ars, artis.  τέχνη.  فن . 艺术 . Artea. Art. Kuns. Sanat. Aworan. Arte.

Tantas palabras con un sólo significado que a su vez encierra multitud de términos. El Arte es algo tan ambiguo y tan complejo que gracias a él puedes expresar cualquier sentimiento, cualquier emoción, tu visión del mundo. Algo complicado. Algo para superarte a ti mismo. Tal vez por eso decidí hacerme artista.


Pero, ¿qué pasa cuando el arte se personifica en alguien? Conoces a alguien con el pelo y las manos impregnadas en arte y te planteas cómo volver a pensar que tu día a día es el mismo. Te empapas de arte con cada palabra, cada siseo, cada mirada, mientras te roza las mejillas sin que puedas siquiera respirar. Te limitas a escuchar, asentir, sentir, sonreír a destiempos. Observas, callas, hablas. Miras al horizonte, pensando que Ítaca se asoma por donde no te alcanza la vista y que Ulises evitó a Caribdis y Sirenas varias por volver a ver a Penélope. Ella mientras, se entretiene tejiendo y destejiendo por la noche, hilando y deshilando tapices y pensamientos.


No sé qué quiero decir con esto. Me dijeron que acabaría quemada, pero nunca he estado tan cerca de alguien como para quemarme.

'Enamora a un poeta, y te hará inmortal.' 

¿Y qué pasa con los artistas?

jueves, 12 de junio de 2014

Que no llevan a Roma.

La Habana, Londres, Fez, Valencia, Lorca,
Nápoles, Buenos Aires, Sinaloa,
Guanajuato, Madrid, Gijón, Menorca,
Ronda, Donosti, Marrakech, Lisboa,

Cádiz, Granada, Córdoba, Sevilla,
Úbeda, Vigo, Táger, Zaragoza,
Cartagena, Vetusta, Melipilla,
Montevideo, Cáceres, Mendoza,

Macondo, Esparta, Nínive, Comala,
Praga, Valparaíso, Guatemala,
Samarcanda, Bagdad, Lima, Sodoma,

Liverpool, Tenerife, Petesburgo,
Nueva Orléans, Atenas, Edimburgo,
cien caminos que no llevan a Roma.

sábado, 7 de junio de 2014

Los placeres prohibidos, LC.

No decía palabras,
Acercaba tan solo un cuerpo interrogante,
Porque ignoraba que el deseo es una pregunta
Cuya respuesta no existe,
Una hoja cuya rama no existe,
Un mundo cuyo cielo no existe.

La angustia se abre paso entre los huesos,
Remonta por las venas
Hasta abrirse en la piel,
Surtidores de sueño
Hechos carne en interrogación vuelta a las nubes.

Un roce al paso,
Una mirada fugaz entre las sombras,
Bastan para que el cuerpo se abra en dos,
Ávido de recibir en sí mismo
Otro cuerpo que sueñe;
Mitad y mitad, sueño y sueño, carne y carne,
Iguales en figura, iguales en amor, iguales en deseo.

Aunque solo sea una esperanza,
Porque el deseo es una pregunta cuya respuesta nadie sabe.

viernes, 6 de junio de 2014

Estarás bien.

+Querías hablar conmigo, así que habla
- Eres lo único que me importa. Sé que ahora no puedes entenderlo
+ Me utilizaste.
- Debiste saber que todo lo que hice fue por ti.
+ Cállate ya. Tuve que arreglármelas yo sola. ¿Hablas enserio? 
- Mira la mujer que eres ahora.
+ No sabes nada sobre mí. ¿La mujer que soy ahora? No me fío de nadie, no me abro con nadie, nunca veo el lado bueno en nadie.. ¿Y sabes qué es lo peor? Cuando volviste, intenté ver tu lado bueno, y me equivoqué... Otra vez. Mentías, no has cambiado en nada, y nunca cambiarás.

martes, 3 de junio de 2014

Así son. JAG

Su profesión se sabe es muy antigua, y ha perdurado hasta ahora sin variar, a través de los siglos y las civilizaciones. No conocen vergüenza ni reposo, se empeñan en su oficio a pesar de las críticas, unas veces cantando, otras sufriendo el odio y la persecución, mas casi siempre bajo tolerancia.

Platón no les dio sitio en su República.

Creen en el amor a pesar de sus muchas corrupciones y vicios. Suelen mitificar bastante la niñez y poseen medallones o retratos que miran en silencio cuando se ponen tristes. Ah, curiosas personas que en ocasones yacen en lechos lujosísimos y enormes, pero que no desdeñan revolcarse en los sucios jergones de la concupiscencia sólo por un capricho.

Le piden a la vida más de lo que ésta ofrece.

Difícilmente llegan a reunir dinero, la previsión no es su característica y se van marchitando poco a poco, de un modo algo ridículo, si antes no les dan muerte por quién sabe qué cosas.
Así son pues, los poetas, las viejas prostitutas de la Historia.

viernes, 30 de mayo de 2014

Felicidades.

Cuenta la leyenda sobre una princesa de gran sonrisa...

Abre los ojos. Se ha quedado dormida esperando, tumbada en un banco de piedra. Mira a su alrededor. Había oscurecido, y ella sólo recordaba que llegó allí siendo de día. Pensó que habrían pasado un par de horas. Se volvió para ver el reloj que coronaba la plaza del recinto amurallado. Un par de horas, los cojones. Estaba allí desde las ocho de la tarde -aunque traspuesta, estaba allí- y el reloj marcaba las doce menos cuarto. 'Me han plantado', pensó. Había estado esperando como una tonta, empezaba a hacer frío. Sacó el móvil del bolsillo, buscando algún contacto con alguien. Veinte llamadas perdidas, eso esperaba encontrar como mínimo. Sólo encontró un mensaje de una amiga: << Cómo va? >>.
'De puta pena'. No iba a contestar a nadie más. No pensaba dar señales de vida. No. La noche se tornaba oscura, y al otro lado de la muralla se podía apreciar cómo el mar se quejaba y revolvía de decepción y furia. Ella estaba igual. 

De pronto, sólo un pensamiento: correr e intentar escapar. Se quitó los tacones, que quedaron perdidos en medio de la nada. Callejeó sin rumbo concreto hasta salir del laberinto de calles dispuestas anárquicamente, que la llevaron a una cuesta que bajaba a un desfiladero. Paseo salpicado de agua marina, por un lado; y por el otro un camino rocoso, empedrado, caótico. Por su carácter, adivinad dónde fue. 

Había escuchado a más de una quejarse de llevar tacones y que salieran ampollas. Ella se quejaba de no sentir dolor en los pies a pesar de tenerlos en carne viva. Bajó hasta los grandes bloques de piedra donde rompían violentamente las olas. Se soltó el pelo, liberando sus rizos, empapando el aire en una mezcla de salitre y espuma de mar y pelo. Cerró los ojos. Escuchó el mar. Escuchó su grito interior. Escuchó un grito. Abrió los ojos, y vio a alguien cayendo desde la muralla a las profundidades del mar. Volvió a cerrarlos pensando que era sólo su poderosa imaginación, aquella de la que tan maravillosas historias habían salido. Ya no distinguía lo que pasaba a su alrededor. De su boca entrecerrada no podía salir más que el siseo de una melodía que había estado escuchando toda la tarde.

Las campanadas del reloj de la plaza en la que empezó todo tañeron. Cantaban las doce de la noche. Alguien que la felicitaba cálidamente. Alguien la abrazaba, manos invisibles según ella, que la invitaban a hundirse y confundirse con lo más profundo del azul desconocido.

Volvió a despertar, esta vez de verdad. Su rubio al lado. ¿Cómo iba a dejarla tirada? 
'Princesa, felicidades..'

sábado, 24 de mayo de 2014

Bajo la almohada, un verso.

La calle de siempre, el número uno. Club de cabaret, hora de calle desierta, gente indecente. Al entrar en la sala, el humo lo envuelve todo. Gente disfrazada de vividores, marineros que a este puerto, como a otros muchos, van buscando el calor que dan los amores. 
Suena un primer nombre, y alguien sube al escenario. Lentejuelas, plumas de cabaret, un alma rota. Irónico que sólo se reina por la noche y fantasma de día. Canta. Le piden un tango más, es una noche larga. Una voz emocionante, con 'duende'. 

En un sucio camerino, se desmaquilla. Luces de bombilla opaca, iluminando algún retrato de amores no correspondidos. Luces de neón.
Voz ronca, áspera, pero cálida. Voz con pena. 
'La gente aplaude, y aunque te estés muriendo, no conocen tu dolor.
Les dolió su dolor, les faltó el aire. 

Porque a ti la vida te aprieta y a mí por poco me ahoga.

viernes, 23 de mayo de 2014

Mañana es un día importante.

'Andrea, no reprimas tu creatividad por nada'

Acto seguido, publica una entrada. No quiere cortarse las alas ni las oportunidades. 
Vuelve a pensarlo. La cambia a borradores, porque ¿qué pasa cuando tu creatividad va en contra de todo lo que has pensado y afirmado rotundamente? Escribes sobre temas de poeta mediocre y te crees que has publicado una entrada que cualquier chica querría leer o escribir; pero no eres cualquier chica y no puedes permitirte dejar aquí lo que piensas porque sueles contradecirte constantemente. 

Mila Jovovich en la televisión saca un arma para disparar lo que quiera que haya en el piso de arriba. Ya he visto esta película. Abrirá un armario del que saldrá un muerto viviente al que luego disparará en la cabeza. Esto me recuerda a alguna novela que estoy leyendo por Internet.

Leo un poema de mierda y lo relaciono constantemente con lo que me pasa. Soy imbécil. He vuelto a escribir en primera persona. 

Esta puta entrada no tiene nada que ver con la anterior, está desordenada y es cáncer.

martes, 13 de mayo de 2014

Devorar sin probar bocado.

Tanto poeta, tanta mirada por lo bajo, por lo alto. Tanto poeta escondido por orgullo. Vaya imbécil. 

Parece ser que el mundo tiene esa capacidad de presentarte algo justo cuando no lo necesitas, o cuando no lo quieres. Una camarera sexy te pone por delante un surtido de frutas variado para que decidas a con qué empezar, aunque sabe que estás hasta arriba y no precisamente de comida. Frutas brillantes, sacadas de un cuadro de bodegón; caracteres matéricos que entran por los ojos. Puedes dejar la fruta o el hueso. 

Coges en tu mano temblorosa una manzana, que se convierte en oro, y te da miedo morderla no vayas a desmayarte como Blancanieves. La dejas con delicadeza y deslizas con suavidad tu dedo índice por el mantel, al ritmo que recorres su longitud. Todo se tiñe de dorado según vas tocando. Miras fríamente la sala, esperando que alguien entre por la puerta y te libre de morder la manzana del pecado. Eres el Rey Midas con grandilocuencias femeninas, actitud pasiva, expectante, que sólo espera poder bañarse en el río Pactolo. 

Hasta entonces, puedes ser Ninette, Nuria Monfort o simplemente tú misma encerrada en tu palacio de Frigia.


viernes, 9 de mayo de 2014

Safo y sus 'tú me haces arder', y Teognis y sus..

Alas a ti yo te he dado; con ellas el mar infinito
y toda la tierra en un vuelo podrás recorrer
sin fatigas. En todo banquete y festejo presente
te hallarás, albergado en bocas de muchos.
Y al son de las flautas de tonos agudos, los jóvenes
en rondas de amor, con bellas y suaves tonadas
te citarán. Y cuando a las cavernas de la oscuera tierra 
desciendas, a las lamentables mansiones del Hades,
ni siquiera entonces, muriendo, te ha de faltar tu gloria,
sino que conservarás entre la gente tu nombre inmortal,
Cirno...

miércoles, 7 de mayo de 2014

Felina.

Allí estaba de nuevo. El aroma a café impregnaba toda la casa. Descalza, decidió echar un ojo a las estanterías. Miles de objetos representativos para su propietario desfilaban ante sus ojos, y sin embargo, a ella se le antojaron un puñado de trastos viejos que debieron haberse tirado a tiempo. De pronto, le entró esa estupidez que por lo visto le entraba a mucha gente al profanar la vida de otra persona. Decidió vestirse, y poner fin a esa tarde de un duro miércoles abandonando esa habitación de sueños rotos y vidas al sol. Incapaz de seguir allí un solo segundo más, el sigiloso desfile hacia la cocina se le hizo interminable. Al fondo del estrecho pasillo y de espaldas a la puerta, los ojos inquietos del joven recorrían la encimera en busca del azucarero que nunca recordaba dónde iba. El que podía haber sido el chico de sus sueños si ella hubiera querido ignoraba que lo observaban con curiosidad . Ella siempre huía del peligro, tal y como sus instintos de gata le indicaban. Esta vez, saltaron las alarmas.Y así, elegante y cautelosa, con el espíritu felino que siempre la había caracterizado, salió, cerrando tras de sí la que había sido su jaula durante unas horas. 

Hay personas que nacieron para evitar las cadenas.


jueves, 1 de mayo de 2014

Los sueños, sueños son.

Soñar que te matan. Despertar, y comprobar que tu brazo izquierdo sigue como siempre.

Verano de 2016, hacía calor. Un piso alquilado compartido con amigos, con ese calor típico del verano pero acompañado de una suave brisa mañanera. Tocó ir a la cocina, y asomarse a la ventana de ese quinto piso que daba a un jardín, un amplio jardín verde, donde el sol brillaba. Encontró un motivo para arrojar con fuerza un poco de agua. ¿Símbolo de felicidad? Estaba siendo el verano de su vida. Fue al salón y laguna mental.

Parece ser que se quedó dormida en el sofá , y despertó asomada al escote de esa camiseta gris que solía usar de pijama en primavera.'El pudor pesa más que estar fresquita, a pesar de la confianza', pensó. Se levantó y fue hacia uno de los dormitorios. Los niños estaban haciendo mucho ruido. Recuerda una discusión, y el final de la misma: un sonoro disparo que acabó en su pecho. Ya no se asustó con el roce de la bala en un segundo apretón de gatillo que acabó en su hombro izquierdo. Sin recordar con claridad, supo que la arrojaban a las vías del tren. El sonido metálico y chirriante inundó la plataforma del andén. Se acabó. Todo negro.


Sin saber cómo, despertó, diferente. Ya no era ella. Un coche, con su hermana.

-Celia, -dijo. No era su voz.- Celia, ¿qué ha pasado?
-¿Quién es usted?
La pregunta la taladró por dentro. Se miró las manos. No eran las suyas. Manos octogenarias. Se tocó la cara, llena de arrugas. '¿Pero qué coño?' pensó.

Reencarnación. Le costó convencerse a sí misma de que hacía unas horas era ella misma y ahora..¿quién era?

-Celia, por favor, no me gusta esta broma.
-¿Quién es usted?
-Estoy soñando, ¿verdad?
-Señora...
-Celia, soy Andrea.
La miró extrañada. Los ojos de color indescriptible de la pequeña (una explosión de marrones y verdes) se cubrieron de cristal salado. 
-Señora, deje las bromas.
-Celia, soy yo. Por favor, tienes que ayudarme.

No hay mayor convicción que la fraternal: un par de anécdotas y un abrazo. Llegaron a una calle parecida a alguna que conocía bien.Se bajó del coche y llegó a un edificio alto, un rascacielos. Entró, y subió las escaleras. Tercera planta, área restringida. Seguramente no debiera estar ahí, pero no había otra forma de saber qué estaba pasando. Por el pasillo se cruzó con varios ¿científicos? Posiblemente, iban vestidos con bata blanca. Entró a un cuarto de baño a lavarse la cara. El espejo reflejaba a una señora mayor de pelo rubio. 'Tengo que salir de aquí'.

Bajó a la primera planta, a la sala de espera. No sabía qué, pero creyó estar esperando algo. Una madre y su hija jugaban con un gato. Su gato. Se acercó a ella maullando. Al menos alguien la había reconocido a la primera. Lo cogió, aún con la calva de pelo que le daba tanto grima.

El gran ventanal de la sala daba a la calle principal, donde se escuchaba a un grupo de músicos callejeros. Tras las cortinas, reconoció a todos y cada uno de los del piso. Necesitaba respuestas. 

Corrió escaleras abajo y por la calle como si no hubiera mañana. Se estaban levantando del banco donde estaban sentados. Vio a la chica del pelo rizado, y también al chico rubio de las gafas de sol. Ellos también estuvieron en el piso la mañana que pasó todo. Corrió.
'¡Ana!' La chica se giró, y para cuando quiso darse cuenta, ya tenía a la vieja encima, abrazándola. -Ana, soy Andrea, ¿qué ha pasado? 
La chica del pelo rizado se secó las lágrimas con un pañuelo de tela. 
-Pero ¿qué hace, señora?
-Ana, soy Andrea. Puedo demostrarlo.
El chico rubio miraba desde lejos. 
-¡Vámonos!
La chica del hamster, con la cara descompuesta, escuchó atónita como aquella mujer rajaba su vida de arriba abajo, sus secretos más íntimos en apenas unos segundos.
-Señora, me está asustando...
-Tienes que creerme.

Un chico de pelo castaño y rizado miraba fríamente desde un paso de peatones. Ese hijo de puta la había condenado.

Se fueron. La vieja quedó sola en mitad de la ancha acera. ¿Y ahora qué?

martes, 15 de abril de 2014

Dos horas.

"Le quedan a penas dos horas de vida."
El eco de esas palabras quedaron resonando en su cabeza, impregnando las esquinas de esa podrida habitación de hospital y todos y cada uno de los rincones del edificio.
Dos horas, las últimas. Ahora todo cobraba sentido. Su juventud en los años 40, la primera vez que la vio en el trabajo, sus año en esa cochambrosa empresa de Coca-cola en la que los trozos de yeso se desprendían del techo, todas las alarmas de madrugada, sus hijos, nietos, y bisnietos. Dos horas, y el reloj no iba a pararse. Él, tampoco.

Cogería la bolsa de suero a la que llevaba atado todo el día, se desengancharía de la vía que en los últimos meses había formado parte de su brazo y, ayudándose de su brazo derecho, abandonaría esa cama prácticamente amoldada a su cuerpo para encaminarse de nuevo hacia la vida. Dejando atrás esa primera habitación del pasillo en la que tantas horas había pasado, se encaminaría hacia las escaleras, y bajaría una planta, para saludar por última vez al guardia que custodiaba la puerta, y cruzarla. Atardecía, o eso le pareció por los colores ambarinos, anaranjados y rojizos que se filtraban por la puerta y se reflejaban en sus ojos azules con asombro. Hacía mucho que no veía un atardecer. Ya de espaldas a la salida, una bocanada de aire húmedo le atizaría la cara, trayendo consigo una ligera brisa impregnada de olor a incienso. Recordaría los 'jueves santos' comiendo en casa de su cuñada, su juventud en Barcelona. Calle abajo, por Alfonso X, cruzaría algún saludo cordial con algún antiguo amigo, y sin prisa pero sin pausa, daría su último paseo al aire libre para llegar a su casa, y con toda la tranquilidad del mundo, abriría la puerta del portal, chirriante, para variar. Al fondo del largo pasillo escucharía a la vecina que siempre discutía con su promiscua hija, y a continuación abriría lentamente la puerta de su casa, con la misma solemnidad que se abre un ataúd, para adentrarse en el calor de su hogar, dejar la gorra y las llaves en la cómoda, y tumbarse en la cama que tiempo atrás había sido ocupada por una dama de gafas ligeras. Aún olía a ella. 

No fueron más de quince minutos; los suficientes para dejar volar su imaginación, llegar junto a ella, y recibir con una sonrisa el beso de la muerte.

jueves, 10 de abril de 2014

'Crack'

Una sola luz encendida en toda la casa. Sólo una ventana iluminada en todo el edificio de aquella calle sin salida de vehículos. Ni siquiera una luz en las casas del edificio de enfrente. A excepción de las luces amarillentas de las farolas, los focos blanquecinos del aparcamiento y los semáforos en ámbar intermitente, sólo se iluminaba su habitación. Ella, escribiendo, después de un seco crujido que no podía sino augurar lo peor. Su crack interior.

Sin motivo aparente, un vacío desolador la arropó por completo en aquel quinto piso. Con el tiempo, la angustia secreta de aquella espera interminable le había hecho pensar que tal vez todo había sido una ilusión y que su obstinada obsesión la había convertido en centinela de una amenaza únicamente existente en su propia imaginación.

¿En cuál de los tres períodos estaba? Desde luego, en el primero no. Conocía el fin, era consciente. El segundo, en el que se conoce la fragilidad y la inquietud crece, se abrigaba dubitativa. El tercero, el de la aceptación de la realidad, resignación y espera.. no. Aún no se veía en el tercero.

¿En qué estaba pensando? ¿En retenerlo? ¿En explicaciones? No iba a hacer preguntas. ¿Había que hacerlas a estas alturas?¿Qué esperaba, un milagro? Andrea, ya vale.

Y desde aquel pequeño salón con ventanal que daba cierta luminosidad al pequeño edificio del pequeño barrio, se vio diminuta, perdida en una ciudad y una vida donde nadie sabía exactamente qué pensaba. Ni siquiera ella.

miércoles, 2 de abril de 2014

Pero..

-¿Qué te da tanto miedo? ¿A qué le temes tanto?
- No puedo contártelo, dejaría de ser mi secreto.
-Pensé que..
-Pues no pienses, no supongas que iba a arriesgarme a estar expuesta.
-¿Expuesta a qué?
-A que sepas de mí más que yo.
-Necesito saberlo. Estoy en la puerta de tu casa, y te he traído fresas con nata. Creo que solo por eso me tienes que dejar besarte.
-Estás equivocado en las dos cosas. Soy alérgica a la nata y a los besos; así que vete y llévatelos contigo. 


sábado, 29 de marzo de 2014

Habitación 219, LGM.

Son las puertas cerradas de un pasillo de hotel lo que fueron sueños, lo que será la vida. 
Ella se atreve a preguntar. Parece la habitación 217 una isla con sol en el Caribe, como un naufragio donde sólo llega el tiempo de la luz, el día de mirarse en el espejo desnudo de las sábanas. Son preguntas los ojos y las manos y hasta el silencio vuelve la cabeza para verlos brillar, tomar los sueños como se toma el sol, jóvenes y tendidos en la cama. Sus armarios no tienen equipaje.

Tal vez puedes oírlos, pero cuida tu firma de viajero, porque en otra ventana, y pared con pared, el sol de la 218 tiene la luz ambigua de los días nublados, recuerdo y porvenir, piel de noviembre entre la claridad o la tormenta. 
El viajero está solo. Mira el televisor como se miran las fotografías en una casa extraña, como se buscan rostros conocidos entre la multitud de una ciudad.

¿Quién abrirá las puertas del invierno, en qué mano la llave de la 219?
No existen las ventanas y la cama vacía está dispuesta para que el derrotado mire a su alrededor, se siente, se desvista y se tumbe a esperar, a navegar la noche embarcado en sus propios pensamientos, cuando el mundo no sea sino ruido de pasos y de voces, al otro lado de la puerta, en el pasillo de un hotel.


domingo, 16 de marzo de 2014

Lo poco que he podido salvar.

Hay poetas que escriben de tal modo que sus palabras se desdibujan entre el tic-tac de algún que otro chantaje.

No voy a intentar reescribir. De hecho, esa es la única frase de las que he podido salvar que creo que merece la pena. Es una pena, pero nos ha pasado a todos alguna que otra vez. Las palabras se pierden con gran facilidad y fugacidad, en promesas incumplidas, en cumplidos, en habladuría. En esas ocasiones, no valen nada. Como he dicho, 'sólo son palabras'.
Claro que, siempre evito que sean solo palabras. No, las mías no son solo palabras.  Hay quienes necesitan plasmar pensamientos que les arden en la punta de los dedos, de la lengua. Escribir para relajarse, para fluir, para soltar; dejar constancia. 
No son palabras, son pensamientos que no se pueden callar, al igual que el tic-tac de los relojes de mi cabecera, aunque de vez en cuando queden latentes esperando un cambio de pila. Seguramente ésto es lo peor que he escrito con diferencia, pero supongo que merece la pena. Sólo puedo decir que soy de las que cuando escriben se tiran de los pelos, se muerden el labio inferior, y se mordisquean la punta de los dedos de la mano izquierda, intentando explotarme el cerebro para plasmar lo que se me pasa por la mente tal cual lo veo, sin ambigüedades, aunque sin muchos detalles. Lo más importante no te lo enseñan en los colegios.  No sé cómo acabar esta entrada tan tísica. 

Las palabras y los pensamientos cambian el mundo.



lunes, 3 de marzo de 2014

La gata sobre el tejado de zinc.

-¿Tú sabes cómo me encuentro? Como una gata sobre un tejado de zinc caliente recalentado por el sol...
+ ¡Pues salta del tejado! ¡Salta! Los gatos saltan desde los tejados sin hacerse daño. ¡Anda, salta!
-¿Cómo he de saltar y adónde?
+ Diviértete
- Estoy mucho más decidida de lo que crees. Y al final ganaré.
+ ¿Qué ganarás? ¿Cuál puede ser la victoria de una gata en un tejado de zinc caliente?
- Seguramente, continuar en él mientras lo resista.

JAGV

He oído decir que los medios aconsejan caminar sin rumbo para que el corazón se despreocupe y recupere la salud, Quizá no lo haya oído, sino que lo leí en alguna parte, lo pensé o tal vez fue un sueño. A menudo confundo las voces de los sueños con la realidad. El caso es que el otro día estaba en otra ciudad y al salir a la calle dejé que los pasos me guiaran por donde quisieran y me llevaron al cementerio. No conocía a ninguno de los que estaban allí, pero me puse a curiosear entre las lápidas como si buscase el portal de un amigo; hasta que el azar me detuvo. Leí mi nombre, mi fecha de nacimiento y también el día de mi fallecimiento. Me sobrecogió ver mi propia lápida. Hacía casi tres años que estaba muerta. Una de esas casualidades que nos dejan helados. Entonces empezó a llover, y comencé a sentir el agua en la cara, como si recobrara la vida, igual que una planta (...)
Me propuse cambiar de hábitos nada más llegar a casa. Esa manía que tengo de visitar los cementerios de los lugares que visito no volvería a repetirse porque cualquier día me podía llevar una sorpresa definitiva. La quietud y la soledad que tanto me atraen también se pueden disfrutar frente al mar observando el horizonte. Además, ¿qué nos impide caminar sobre las aguas? Eso pensé mientras paseaba por la ciudad desnuda. Al día siguiente volví a casa y no he salido desde entonces. Ando de un lado a otro del pasillo como un presidiario en la celda de sus obsesiones. Me planteo salir a dar una vuelta, pero el miedo me atenaza. No deseo encontrarme con un camino de tierra bordeado de cipreses. Ayer me llamó un amigo. Me dijo que él tampoco pisaba la calle salvo para comprar algo en la tienda de enfrente. Me preocupa que el temor a la muerte se expanda como una epidemia por todos los hogares. Mejor no hacer caso a los médicos y dirigirme al puerto y allí observar otros horizontes envueltos en cenizas.

sábado, 1 de marzo de 2014

He dicho que no vendemos cocaína.

Pues aquí estoy otra vez, yo, con menos pelos y más de loca que nunca, escuchando Radio Futura y grupos ochenteros españoles. 
Andrea, no sé si te va a ir bien o no, pero te voy a dar un consejo: sé tú misma, siempre, como lo has estado siendo hasta hoy. Siempre habrá gente que quiera aprovechar y sacar algo de ti, igual que tú de ellos. Siempre se saca algo de los demás, bueno, malo, o neutro, aunque se suele tener una percepción concreta de la gente con el paso del tiempo. Conócete, aunque ya sabes que para ti no existen los grises, que para ti es blanco, o es negro. Sabes que eres de luna. Sigue pensando que los recuerdos no pueden morir. Es imposible que no piense en ti. Es un consejo personal.
Pues bien, siempre nos quedará París. Éramos distintos, imposibles, como decía esa canción que tantos recuerdos me trae. Que vuelva la inocencia es imposible, pero Luna me sigue queriendo, esté equivocada o no. Sin prisas. Mientras, hazme un muñeco de nieve.

domingo, 16 de febrero de 2014

Encadenada.

Se metió a ducharse y a pensar. No tenía ganas de salir, se estaba a gusto dejando que los chorros de agua la acariciaran. No hubiera cambiado nada, él seguía muerto y ella viva. Decidió dejarse caer, sentarse acurrucada sintiendo que la alcachofa dejaba caer sobre ella una cálida lluvia; pensando que en su mejilla y en las vertientes era en los únicos sitios en los que se mezclaban gotas dulces y saladas.
No quería estar allí, y su ducha la aislaba del exterior. Se tumbó, y puso el tapón. No supo cuánto tiempo había pasado cuando decidió levantarte. El agua ya pasaba la mitad de la bañera. 
Amor; los botones de su camisa solo podían abrocharse de una manera, y uno de los ellos se había caído. Por muchos otros botones que intentara coser, no iba a ser el primero.
Al día siguiente, decidió hacer de apoyo. Por intentar ser un pilar, un apoyo, su edificio se vino abajo. Recuerdos. Dolor. Dolor. Un dolor intenso, desde dentro, impregnado en su pelo, en su pecho, en los ojos, las mejillas, las manos. Horrible. 
Porque al fin y al cabo, era humana, y podía sentir dolor. 
No iba a exponerse a depender de nadie más que de sí misma. 
El amor perfecto nunca había existido.
Solo te enamoras una vez.
Y su vez, ya había pasado.


sábado, 8 de febrero de 2014

Inservible.

Piezas pequeñas, rotas, desperdigadas por una habitación. 
Ves algunas piezas tan grandes que crees que será fácil reconstruirlo, pero cuando vas a encajar los trozos grandes te das cuenta de que faltan pequeños cristales en medio.
Andrea, está roto, literalmente, desde hace mucho.
Hay cosas que son irreparables.

miércoles, 29 de enero de 2014

Negro.

Mira a tu alrededor, toda esa gente. ¿Cuándo perdieron la sonrisa? Mmh..
Me pregunto qué ha cambiado desde que soñaban con ser mayores. ¿Qué nos ha pasado? Sin saber cómo ni por qué, pasamos de ilusionarnos con los sueños a olvidar sueños hechos meras ilusiones. ¿Quizá hemos dejado que el miedo nos venza? No lo sé.. pero si algo está claro es que aquello que nos mantiene vivos es desvivirnos por lo que buscamos. Cada vez que sale el sol nos despertamos, lo mismo de cada día, mes y año.

Créeme, ninguna decisión es en vano. Por una vez, dejemos que suceda lo inesperado, quitémonos el velo del pasado y caminemos. Olvidemos por una vez nuestros miedos, y soñemos. ¿Cuánto hace que no cierras los ojos y te impregnas en un mar de acordes? Observa cómo calan las notas del pentagrama: cinco líneas de papel que salen a tu encuentro. Siente cómo se apropian de ti, y déjate cadenciar por su mensaje. Síguenos en este camino empedrado, atrévete a vivir a nuestro lado. Persiste, sé constante, no abandones.Lucha. Y si te equivocas, suerte la tuya. Quién pudiera equivocarse cada día, reconocerlo; pedir disculpas. Quién pudiera mejorar de esa manera. Porque "cuanto más caemos, más nos levantamos", porque "cuanto más suframos, más aprenderemos". Al fin y al cabo, amar es una forma de vida -diría que somos animales destinados a querernos.

Admitámoslo, anhelad es un imperativo. Hoy es el día que nunca pensaste que llegaría. Hoy, la soledad no educa, pues en su lugar siempre estará la música. Demuestra al mundo que puedes hacerlo mejor, con menos medios y más dedicación. No te equivoques, ésta es tu generación. No se trata de llevar la razón, se trata de creer en ti mismo, hacer de ti mismo haciendo de tu vida un espectáculo de leyenda. No confundas egoísmo con valentía, dar lo mejor de ti mismo sin restricción alguna es lo más glorioso que puedes regalarle al mundo.
Así que no te atrevas a dudar del potencial que hay en ti. Liberalo.

martes, 28 de enero de 2014

"Son tantos recuerdos..."

Pues así fue.
Una sola llamada de teléfono por la noche que te pone los pelos de punta. Un pensamiento. Y así, sin más, está muerta. En diez minutos.
"Son tantos recuerdos..." decía ella. Una mano de cadáver me agarraba con fuerza, sin ser capaz de decir otra cosa. La última hermana.
Ella, elegante a sus 20 años. Qué porte, qué elegancia, qué sonrisa. Si pudierais ver la foto en la que pienso.
Su juventud se oponía a la foto que está en la encimera. Tres viejos, ella de rosa, toda una vida vivida, 2009 tal vez, pero igual de elegante que siempre. 
Y cómo estaba la última vez que la vi sonriendo, gastando bromas a pesar de lo mal que estaba. 
Y él, ¿qué va a hacer ahora?

Al fin y al cabo, cualquier día podría ser el último. 

Buen viaje.



domingo, 19 de enero de 2014

Este mundo y sus coincidencias.

¿Qué pasa si no hay nadie? ¿Qué pasa si vives toda una vida, y nadie te espera? 
Todo el mundo quiere enamorarse y formar una familia, porque todos quieren tener testigos de sus vidas. Todos quieren que les suceda algo inesperado que cambie radicalmente su maldita rutina; y luego piensan que sus sueños son los únicos que no se han podido cumplir. Qué títeres tan ridículos somos, y qué vulgar es el escenario en el que bailamos. Tenemos de todo: un escenario con decoración, un recinto, actores, guión improvisado y público picoteando; tal y como si fuera una misa.
¿No os habéis planteado nunca la idea de morir solos? Quiero hacer referencia al término solo en su totalidad: separado de todos, sin compañía, sin nadie que te ampare, que te socorra, que te consuele. Aunque no me veo atracando sola ni una tienda de licores ni un banco, con una pistola en la mano y las tetas y la espalda tatuada, llena de frases melancólicas. Sin duda la idea de combinar la vejez con la soledad es la más abrumadora de todas, o al menos, para mí.
Pero, por suerte...

domingo, 12 de enero de 2014

Estríctamente personal.

El dolor o el cansancio traen a veces
un desmadrado desfallecimiento
unas ganas terribles de olvidar
todo lo que no sea intransferible
-personal como dicen- pero luego
no se distingue ya lo que es de uno
y el egoísmo llega a ser total
a invadir el dominio de otra gente.
Y hoy padezco por algo que no es mío
por lo que ocurrirá con una chica
que no me pertenece: que tan sólo
camina y lee; se equivoca y riñe 
casi todos los días en su casa.
No: no es posible dijo; pero sé
que aún guarda mi retrato y que ahora entiende
mis palabras; que hace años la llevaron
a extrañas situaciones. Y me mira
desde un sillón distante sin decirme
qué será de su vida. De la mía
ya sé que nada bueno. Y como esto
mucho tiene que ver con mi neurosis
termino aquí el asunto y a la calle;
me bebo un buen café y a la puñeta.
                       - J.A. Goytisolo.


sábado, 11 de enero de 2014

Friends.

Hacía mucho tiempo que no tenía una fotografía favorita. Una fotografía que, al verla, me sacara una sonrisa de verdad, y que no fuera muy antigua. Pero esta supera con creces a todas las anteriores. Es una foto cálida, en la puerta de una casa. Una foto tomada "por casualidad". Una foto divertida, con sonrisas, con tardes de compras y chocolates calientes. Es nuestra foto.

Ríe del dolor que te envenena.

Muchas veces no sé cómo expresar cómo me siento sin ponerme ciertamente melancólica, o sin añadir alguna frase al estilo Queen,   'I must be warmer now', o 'I have to find the will to carry on'.

Hoy me siento a lo poeta, pero no por escribir mi obra maestra en unos versos ni nada por el estilo, sino para plasmar todo eso que puedo sentir. Es como una explosión de colores en una falda negra, un masaje, que te toquen el pelo; es una sonrisa. Me gusta sonreír, aunque a veces me siento un tanto cohibida. 
Siento que tengo que actuar mientras presa del delirio ya no sé lo que digo ni lo que hablo. Y sin embargo, es necesario.. ¡ESFUÉRZATE, JODER, ANDREA!
Ponerme un traje, que no suelo hacerlo nunca, empolvarme la cara y darle a la gente lo que quiere ver. No, no es mi estilo. Reiré, y todos aplaudirán. 
¿Pero qué mierda estoy escribiendo?

jueves, 9 de enero de 2014

Loca.

Quiero escribir pero no me sale. No soy una mártir, ¿sabes? Tengo sentimientos, aunque los sepa disimular con sonrisas. Soy alguien que siente demasiado, aunque no pienso que la vida sea hermosa. Entiendo que estas cosas pasen.
Somos libres, somos personas y simplemente hay veces que nos salimos de la autopista para coger una vía secundaria que nos devuelva al sitio de donde hemos venido.
Dejé de entender todo con ese vocabulario ilícito y horrible. La vida es así. Tengo que pintarme una sonrisa como terapia para ir acostumbrándome a lo que tengo que hacer. Tengo que empezar de cero, y ser feliz. Dejé el tratamiento psiquiátrico, ese que tanto odiaba.
Mis huellas tienen hoy la quemadura de los sueños vacíos.