sábado, 30 de noviembre de 2013

"¿Cuándo parar?"

Echemos la vista atrás, vayamos un año atrás en el tiempo. El último día de noviembre, teatro, santo, agobio, superación, deseos de encontrar. Volvemos al presente y la encontramos tan perdida como de costumbre, aunque sin una preocupación mayor que su gato. Mira hacia la izquierda y no hay nadie, pero a su derecha, en el respaldo del sillón encuentra a esa bola de pelo que sabe acompañarla, y que al fin y al cabo, la hace un poquito más feliz. Sí, podría decirse que es feliz, y que comienza a serlo, a ver una nueva futura etapa en su vida de la que se encuentra en el prólogo. Ahora mismo en su BSO podrían incluirse a los "Dire Straits". Ya tiene sus clarinetes, lo que le hacía falta. Tiene conciertos de solista, tiene Stravinsky y ganas de trabajar. Huele a principios de diciembre, a purpurina, a escaparates con decoración navideña iluminados por esas luces horteras pero de colores fríos, que la hacen sentirse en casa. Para ser sinceros, le gusta la humedad, tener las manos y la nariz frías, los paseos al aire libre y subirse a algún que otro saltamontes ruidoso. Le gusta la libertad, ser ella misma, la cerveza, bailar como el día anterior en un coche con sus amigos, los calcetines largos con tanga y el olor de los mantecados, aunque es incapaz de comerse más de dos en todo el invierno. Se siente ella misma, otra vez, y había estado ausente bastante tiempo, aunque no de la misma manera que en otras ocasiones. Hay épocas y lugares en los que no ser nadie es más honorable que serlo. Aunque siempre hay personas a las que no les caes en gracia, incluso no siendo nadie.

martes, 26 de noviembre de 2013

La vida es así, tarde o temprano, todo y todos te abandonan.

Siempre hay noticias impactantes, motivos por los que regresar a un sitio concreto con el mismo frío de aquel día. Esta vez el motivo la ha hecho ponerse en una postura diferente, y poder verlo todo desde el ángulo opuesto, el "aquí sobras". Hoy se ha puesto en la piel de aquella chica rubia, la que sentada lloraba porque había llegado el fin sin poder pedirle perdón, igual que aquel viejo amigo. Recordó el momento de autoculpa, en el que la conciencia te dice que podías haber contribuido a alargar su vida. Hoy ha querido ser apoyo, amiga de verdad. Prueba superada. Ha sido un día de humedad que cala hasta los huesos, de nariz fría, de risas entre paréntesis. No se puede entender la vida hasta que no se entiende la muerte.Ya no tengo nada más que decir. Se llevan todas las respuestas consigo.

domingo, 17 de noviembre de 2013

La sola inteligencia de vivir en deseo perpetuo de naufragio.

Los mocos a duras penas le permiten pensar. Se encuentra cruzando el mediterráneo mentalmente, hasta llegar a cualquier punto del continente europeo. No le importa cuál, aunque tiene claras preferencias. Hoy le apetece un café en Badajoz, al que se le podría añadir una muy interesante conversación. O tal vez un poco de frío madrileño, en esa ciudad que tan triste suele ponerla. Soy una poeta de mierda, igual hasta un pájaro de fuego que se cae en las tres piezas de Stravinsky. Juega con distintas personas de los verbos para intentar perder el rumbo de aquel que pudiera leer sus ideas, aunque no es muy fácil; es más bien complejo conseguir saber lo que piensa en cada momento. Es complicado explicar lo que sueña, ya que siempre sueña cosas muy extrañas, aunque la de hoy pasó de azul oscuro a casi negro. Era un auténtico artista, muy sensible, un pintor, pero necesitaba encontrarse a sí mismo y salía todas las noches a encontrarse. Podría decirse que rompieron por diferencias artísticas: él se veía vivo y ella lo vio muerto.