Nos hicieron creer que cada uno de nosotros es la mitad de una naranja, y que la vida sólo tiene sentido cuando encontramos la otra mitad. No nos contaron que ya nacemos enteros, que nadie en la vida merece cargar en las espaldas la responsabilidad de completar lo que nos falta.
Nos hicieron creer en una fórmula llamada "dos en uno": dos personas pensando igual, actuando igual; decían que era eso lo que funcionaba. No nos contaron que eso tiene un nombre: anulación. Que sólo siendo individuos con personalidad propia podremos tener una relación saludable.
Nos hicieron creer que casarse es obligatorio y que los deseos fuera de término deben ser reprimidos. Nos hicieron creer que los guapos y delgados son más queridos. Nos hicieron creer que sólo hay una fórmula para ser feliz, la misma para todos, y los que escapan de ella están condenados a la marginalidad. No nos contaron que estas fórmulas son equivocadas; frustran a las personas; son alineantes; ni que podemos inventar otras alternativas.
"Vivimos en un mundo donde nos escondemos para hacer el amor; aunque la violencia se practica a plena luz del día."