lunes, 10 de diciembre de 2012

No pretendo llamar la atención. II mov.

Al fin y al cabo es lo que todas pretenden. Ser llamativas, despampanantes, inteligentes de cara a los demás y realmente cabezas huecas, unas piernas largas al igual que su pelo liso y kilométrico ( perfectamente cuidados) , un torso firme, al igual que su visage françois , tener un móvil de última generación, ser conocidas por ser las más naturales. 
¡Y UNA MIERDA! Hay sensaciones que te hacen sentir mejor. Hablo de la música por ejemplo. La música de verdad, que te eriza los pelos. Hablo de estar delante de un escenario, con amigos; hablo de disfrutar haciendo lo que te gusta. Y aunque en tu caso, querida, sea tirarte a todo movimiento afectado por la aceleración; no puedes comparar ni por una milésima de segundo la adrenalina soltada en cada uno de los pulsos cardíacos. Ese momento en el que te tiemblan las piernas y las manos, sabiendo que están todos mirándote. Puedo asegurarte que ese momento en el que se callan y te prestan atención, haciéndote sentir querida y única, es cuando puedes escuchar lo más importante del inicio de tu obra. Mentalmente el pulso. De pronto, silencio. Y de la nada, una nota.