miércoles, 20 de febrero de 2013

Dolor en las venas.

Porque todo es igual y tú lo sabes,
has llegado a tu casa y has cerrado la puerta 
con ese mismo gesto con que se tira un día, 
con que se quita la hoja atrasada al calendario 
cuando todo es igual y tú lo sabes. 
Has llegado a tu casa, 
y, al entrar, 
has sentido la extrañeza de tus pasos 
que estaban ya sonando en el pasillo antes de que llegaras, 
y encendiste la luz para volver a comprobar 
que todas las cosas están exactamente colocadas como estarán dentro de un año; 
y después, 
te has bañado, respetuosa y tristemente, lo mismo que un suicida, 
y has mirado tus libros como miran los árboles sus hojas, 
y te has sentido solo, 
definitivamente solo porque todo es igual y tú lo sabes.