lunes, 24 de septiembre de 2012

Un diario cualquiera, azul, sin candado.

Conoce esa sensación por el cuerpo. Idéntica a la de la noche anterior. Inquietud, pensamientos fugaces entrelazados que forman una maraña iluminada por un letrero fluorescente. Piensa en el ayer, en el mañana. Las sábanas no quiere rozarlas esta noche porque sabe que se le asemejarán a papel maché. No quiere hablar mas que con  ella, y con él. Sabe que se siente impotente, pero a la vez esperanzada. Sabe que en último rincón de su pensamiento, rodeado de polvo, hay uno que la acojona y asusta, amenazante. Y sabe que por las noches no va a dejarla en paz.
El silencio la desespera, la oscuridad la acompaña. Se siente mas "x" que nunca. "X" de extraña, de excusa. Ella es una excusa. Completa de vacío, donde en el más profundo recoveco encuentra la compañía de aquel que espera que pase algo. Y lo que pasan son las canciones, y con ellas, la vida.