domingo, 17 de noviembre de 2013

La sola inteligencia de vivir en deseo perpetuo de naufragio.

Los mocos a duras penas le permiten pensar. Se encuentra cruzando el mediterráneo mentalmente, hasta llegar a cualquier punto del continente europeo. No le importa cuál, aunque tiene claras preferencias. Hoy le apetece un café en Badajoz, al que se le podría añadir una muy interesante conversación. O tal vez un poco de frío madrileño, en esa ciudad que tan triste suele ponerla. Soy una poeta de mierda, igual hasta un pájaro de fuego que se cae en las tres piezas de Stravinsky. Juega con distintas personas de los verbos para intentar perder el rumbo de aquel que pudiera leer sus ideas, aunque no es muy fácil; es más bien complejo conseguir saber lo que piensa en cada momento. Es complicado explicar lo que sueña, ya que siempre sueña cosas muy extrañas, aunque la de hoy pasó de azul oscuro a casi negro. Era un auténtico artista, muy sensible, un pintor, pero necesitaba encontrarse a sí mismo y salía todas las noches a encontrarse. Podría decirse que rompieron por diferencias artísticas: él se veía vivo y ella lo vio muerto.